2 de marzo de 2012

2 de Marzo.



Hay decisiones que duelen, en las que cierras los ojos, te pierdes en tu canción preferida e intentas reprimir las lagrimas. Muchas veces nos condenamos, nos torturamos a nosotros mismos con lo que pudo ser y no fue, nos sentimos culpables, nos sentimos indecisos, confusos, nuestra mente llena de dudas solo tiene una clara, que le quieres, pero por mucho que quieras a una persona, debes quererte a ti también, y hay momentos en la vida en el que hay que poner un punto y final, pensar en dejar todo aparte, en volver a empezar, en intentar algo nuevo, o simplemente en olvidar.
Duele intentar entenderte a ti mismo, y descubrir sentimientos que nunca pensaste que tendrías; rencor, rabia, dolor, y tal vez una mínima parte de odio. 
Rencor, por todo el daño, por todas las jodidas tardes que han sido mentira a tu lado, por todas esas lagrimas que en su día desperdicié por ti, por tu indiferencia mientras yo sentía que haría por ti lo que fuese, que haría cualquier cosa con tan de que fueses feliz, a pesar de lo sola que me sentía una de esas muchas tardes sentada, pensando en "positivo", pensando en algo lo suficiente coherente y claro, para no sentirme engañada por mi, nunca, y sí, digo "nunca" se sabe lo que es hasta que lo vives, desde fuera todo tiene una solución muy fácil, "no quieras a quien no te quiera", "no llores por el que nunca lo hace por ti", "no sufras por nadie que no te merezca", existen muchas frases que intentan transmitir fuerza y optimismo, frases que sirven para reflexionar, para pensar que quieres enseñarle a el mundo el valor que tienes, o el que piensas tener, pero sobre todo para enseñar tu felicidad, esa poca que te queda y que cuando lo intentas se desvanece. 
Siento rabia, por ver que todo era mentira, que he puesto empeño en algo que no existía, que me has hecho creer algo falso a pesar de todas las veces que lo he evitado y he intentado que no pasara lo que al final ha acabado ocurriendo, a pesar de todas las veces que con mucho miedo a la verdad he dicho lo que pensaba, lo que sentía, para escuchar siempre la misma mentira, para jugar otra vez al mismo juego, o para volver a vivir el mismo sueño que se convierte en pesadilla con el paso del tiempo. 
Me arrepiento, no sabes cuanto, de todo el tiempo que he perdido, de todo el tiempo que te he sentido y te he querido, me arrepiento de mi ingenuidad, de mi miedo a la verdad, de mis razonamientos pesimistas durante tanto tiempo, de sentirme culpable por algo que no debería, me arrepiento de sentir lo que siento, de que todo haya acabado, de decir lo que he dicho, de tener que dar explicaciones a aquellos que se preguntan por la razón de mi mirada perdida, me arrepiento de haberme rallado tanto, de haberme dejado llevar, de haberme confiado al pensar que todo iría mejor, de haber puesto tantas ganas en ser tu mejor amiga, de haberte sentido como mi mejor amigo, me arrepiento de todas esas lagrimas sin sentido, sin explicación, sin razones aparentes para algunos pero como he dicho antes "hay que vivirlo", me arrepiento de arrepentirme de todo esto, pero en parte me alegro de que todo este arrepentimiento pueda acabar en el olvido.
Dolor, pues por todas esas veces en las que me has demostrado que he sido indiferente, por todas esas veces en las que no me lo creía o es mas estaba ciega y no quería verlo hasta que me abrieron los ojos, dolor por todas esas veces en las que todos me decían que habías cambiado, y que tal vez tenías en cuenta a una o dos personas, pero que seguramente yo no era una de ellas, no lo decían con estas palabras, pero esto era lo que me daba entender, y lo peor de todo es que yo lo creí, y todas estas sospechas eran confirmadas por cada tarde "indiferente", cada tarde en la que he sido inexistente.
¿Culpa?, creo que aquí los dos somos culpables, yo por cerrarme, por no saber demostrar todo lo que decía, por encerrarme en mis ideas y pensamientos no ver mas allá y empezar con la incomodidad. 
La tuya por no demostrar lo que "supuestamente" era para ti.
¿Exageración? no sé si es porque soy diferente, porque me siento de otra cultura y  porque tengo distintas personalidades,  una abierta y cariñosa (si puedo mostrarla) que la relaciono con el sur, el lugar donde nací, el lugar donde se encuentra toda mi familia, donde disfruté mis primero cuatro años de vida, donde aprendí lo que era las personas que te abren puertas, que sin apenas conocerte te dan la mano y te dicen que les acompañes, gente sociable, gente fácil para relacionarte, pero también tengo mi personalidad de aquí, la que he forjado desde que vine a vivir, esa personalidad cerrada, difícil, pero esa que me encanta de la gente de aquí ya que una vez que consigues ganarte su confianza te sorprende, son lugares diferentes, formas de ser diferentes, y yo a veces siento que una vez que saco mi personalidad del "sur" la gente no me entiende, que todo lo ven exagerado, pero es que soy asi, me dejo llevar por lo que siento, vivo al extremo, soy de esas personas a las que le encantan sentir, hablar, expresar de cualquier forma, que cuando son felices lo son, y se pueden sentir en lo mas alto, pero también tiene su lado malo, no tengo limite, si me siento mal; me hundo, si me hundo; lloro, si lloro; me lamento; si me lamento; me arrepiento. Pero en cada uno de los casos, siendo feliz o triste lo único que hago es sentir cada situación y cada momento.
Y es que tengo tantas cosas que decir... tantas cosas que me callo... tantas palabras en mi mente para escribir, que antes no sabía como empezar, y ahora no sé como acabar, sé que no me lee nadie, normal, debo aburrir, pero mi intención ante todo esto era solo la de desahogarme, una vez mas, porque quiero acabar con esto, quiero decir las cosas a la cara como antes, como antes no, como siempre, quiero ser yo de nuevo, no temer a nada, no tener nunca mas miedo, no quiero limites, quiero dejar de encarcelarme a mi misma, quiero estar bien, siempre he querido, y uno de mis mayores errores, y uno de los que mas me duelen es pensar que siempre estaría bien si tu estabas conmigo, que nunca me sentiría sola si contaba con tu apoyo, y que podría confiar en ti para todo.
Me gustaría decir que me da igual, que ya no me importas, me gustaría sentir esa indiferencia que tu tienes hacia mi, o esa que demuestras, pero no puedo, y es muy fácil mentirme a mi misma, e intentar engañarme pero siempre queda algo dentro que no me deja acabar con todo de golpe.
Me repito a mi misma  "poco a poco, que ya ha pasado lo peor, que mañana todo será mejor", pero dudo en que mañana no provoque una explosión, dudo en que vuelva a dudar de mis decisiones, que vuelva a dudar de mi misma, dudo en que sea capaz de callarme.
Demasiadas dudas, sentimientos, y arrepentimiento, el exceso no es bueno, ya que todo en exceso hace daño. 
Y es que ojalá fuera todo tan fácil como contar hasta tres y olvidar al chasquear los dedos, pero mi día a día es este, vivir del remordimiento, ese remordimiento que dicen que no debo sentir, pero que siento.



No hay comentarios:

Publicar un comentario