3 de marzo de 2013

#05: Perdido.

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Se reclinó sobre el alféizar de su ventana, como en cada madrugada, pero esta vez era temprano y aún así las luces rojas no dejaban de discurrir en la carretera, una tras otra, como en una cadena de suspiros llenos de luz.
Hace mucho tiempo era él el que perseguía la noche en el viejo Ford descapotable de Max, dejando sus propias luces rojas tras de sí, sintiendo la música vibrando en los asientos, estropeando las canciones de Mecano al cantar a pleno pulmón y sintiendo el aire golpear contra él, reviviéndole de todas las clases de derecho, y de todos los sueños y anhelos que se paseaban por su mente moribundos.
Aquello sí que le hacía sentirse vivo.
Aquello... Y su piano.
Lo que las notas de su instrumento eran antes para él alientos, se convirtieron en punzadas en el tórax y en un dolor insufrible que sentía que le mataba en vida.
Como una canción preferida que es destrozada por recuerdos, la anhelas, pero escucharla significa escuchar como te rompes tú.
Aún así Hugo se sentó en frente del piano, quitó la tela aterciopelada que cubría las teclas y sin presionarlas pasó sus largos dedos por encima.
De repente una ráfaga de viento le despeinó haciendo que se estremeciera, y el recuerdo de una chica susurrándole al oído mientras tocaba, le estremeció tanto o más que la brisa.
Colocó la tela con rabia, posando sus manos sobre las teclas que sonaron descompasadas y trágicas, las lágrimas se derramaban por sus mejillas mientras el sonido perdía intensidad, y él mantenía cautiva su rabia apretando la mandíbula.
Anduvo hasta la ventana y la cerró en un golpe seco, se secó las lágrimas con la manga de su camisa repitiéndose a sí mismo que él no era tan débil, que nunca lo fue, pero sus réplicas hacia él mismo no funcionaron, así que aún con más rabia de la que un hombre debería contener, comenzó de nuevo a escribir.


El paso del tiempo lo único que consiguió fue reforzar la amistad de Mario y Max, pero nunca sus estudios, cada tarde arrojaba la mochila llena de libros contra la pared de su cuarto, y corría por el pasillo disfrutando de la ausencia de sus padres para reforzar durante horas las partituras que iba componiendo.
Cada día durante el primer trimestre Max llamaba por teléfono y se interponía en su música incitándole a salir, pero Mario siempre le daba negativas como respuesta, le gustaba la tranquilidad de tener la casa para él y la música sonando a todas horas, pero sobre todo le gustaba tener vistas al edificio de enfrente cada tarde por si acaso tenía la oportunidad de poder volver a verla.
Pero hubo un día en el que la resignación pudo con él, se acercaban las vacaciones de Navidad por lo que también los exámenes finales, sus notas no subían del tres y necesitaba aprobar aunque fuese un examen, así que cuando Max le llamó como cada día para quedar, Mario le invitó a su casa con la condición de que le explicase los contenidos.
A la media hora Max ya se encontraba en su casa, y mientras Mario le enseñaba las habitaciones él se paseaba con la boca abierta y haciéndole saber que se sentía indignado por no haber conocido antes el lujo en el que Mario vivía.
Él le contestaba a base de empujones y de miradas resignadas, el dinero era lo de menos, y más en ese momento en el que era justamente el dinero el que condicionaba su futuro. "¿Profesor de piano? ¡Oh, venga Mario! ¿y de qué piensas vivir, a base de cocina precocinada y congelados?", esa era la opinión de sus padres y seguramente fuese también la de Max, ya que según él Derecho era la mejor carrera que uno puede hacer.
La tarde pasó con lentitud, y a pesar de que intentaba concentrarse en las explicaciones de Max le pasaba como en clase, se perdía entre las palabras, oía sin escuchar.
Su amigo cerró el libro en un golpe seco que despertó a Mario de sus ensueños.
-¡Sí no escuchas no se puede, tío!
-Lo... Lo siento Max, es que no puedo... -dijo con gesto cansado.
-Y eso que esta es la parte fácil... Pero va, ¡no te desanimes! vámonos a tomar algo.
-No... Yo no bebo.
-Joder, pues tú te pillas una coca-cola chico, ¡pero vamos a hacer algo!
-Estoy cansado Max...
-Y yo de escuchar como me das largas siempre y no me quejo. Venga, vamonos. -dijo levantándose y alisándose los pantalones con las manos.
Mario le siguió y en sorpresa incluso hasta para él, buscó las llaves y una chaqueta en el armario. 
-Pellízcame. -dijo Max ofreciéndole el antebrazo.
-¿Estás tonto? 
-¿Y tú estás bien?
-Em... sí, claro. -dijo cogiendo las llaves y dejando a Max en su cuarto -apaga la luz cuando salgas. 
-¡Oh, sí! -dijo apagando la luz y corriendo por las pasillos mediante resbalones. -¡Pensaba que nunca iba a poder sacarte de tu casa!
-No lo celebres tanto que ya me estoy arrepintiendo. 
-Ni de coña -dice agarrándole del brazo y sacándole a empujones por la puerta- voy a conocer tu lado adolescente.
-Yo no tengo de eso... -contestó mientras la cerraba con llave.
-Eso es como decir que un anciano nunca anhela su juventud. -dijo abriendo la puerta del ascensor- venga, que ya estás tardando.
-¿Y adónde se supone que me llevas? -se apoyó en la pared del ascensor y observó como Max se peinaba el pelo mirándose al espejo- ni se te ocurra llevarme a ninguna discoteca de esas, ¿eh?
-Joder Mario, que aburrido eres... ¿Prefieres que vayamos a ver como los enamorados dan una vuelta en las barquitas del Retiro? 
-Estaría bien, aunque cierran a las diez y ya no nos da tiempo.
Max suspiró y se precipitó a la Gran Vía cuando el ascensor llegó a la planta baja.
La noche ya había caído, el horario de invierno es lo que tiene, a las seis de la tarde ya es de noche, y en aquel momento no fue menos, las farolas  alumbraban las calles con su luz amarilla y los coches deslumbraban de igual manera la carretera. 
Mario se acercó a Max que se encontraba dando vueltas sobre sí mismo y se apoyó en la cristalera de la puerta.
-Joder tío, no me acuerdo de dónde he aparcado el coche... 
Mario se golpeó la frente con la palma de la mano. 
El día que conoció a Max nunca se hubiese imaginado que llegaría a ser tan despistado, y con ese punto tan infantil característico en él, eran totalmente opuestos, y en cambio Mario ya no se planteaba su vida sin su amistad.
-Va, haz memoria, ¿cómo es tu coche?
-Pues ahora que lo dices tampoco me acuerdo.
Mario le fulminó con la mirada mientras Max se reía de él.
-Es un Ford blanco, destaca porque tiene un capota negra al ser descapotable, así que se identifica a simple vista, pero nada tío, que no sé dónde lo he aparcado.
-¿Llevas tu móvil?-preguntó Mario.
Max asintió cuando palpó su bolsillo para convencerse de que ahí estaba.
-Pues ve tú hacia la derecha y yo hacia la izquierda, si lo encuentras me recoges, y sí lo encuentro yo, vienes.
-Y parecía tonto...
-Eres tú el que has perdido tu propio coche, no te quejes. 
-Encima de que vengo a ayudarte... ¡Y a alegrarte un poco la vida!-gritó extendiendo los brazos.
-¡Estás loco tío!- dijo avergonzado al ver que la gente que pasaba por la calle les miraba- antes de que te vayas, comprueba si tu móvil tiene batería, no me fío de ti un pelo -Max sacó el móvil y asintió cuando la pantalla se encendió - bueno, pues nos vemos ahora. -contestó Mario dándole la espalda y caminando con las manos en los bolsillos en la dirección que le tocaba. 

Hugo bostezó, cerró el cuaderno y se prometió a sí mismo acabar el capítulo al día siguiente. El sueño podía con él, el reloj marcaba las tres y media de la madrugada y los recuerdos de Max al igual que el cansancio se le echaban encima.


*    *    *    *

Creo que es bastante largo, no os podéis quejar, bueno sí, os doy permiso por dos razones, la primera: no me gusta nada como ha quedado.
La segunda: me ha costado acabarlo más que escribirlo en estas dos semanas que llevo sin subir, así que este capítulo ha podido conmigo.
Pero a pesar de eso, espero que os guste y que la mala sensación que tengo ahora, sea por cansancio y no porque el capítulo es tan pésimo como yo me imagino.
Dentro de poco o tal vez mucho, no lo sé, introduciré una sección (la primera sección que hago en mi blog) y os explicaré con detalles de que trata, con quién colaboro, y el porqué de querer hacerla.
Espero que hayáis tenido una buena semana, y que ésta que viene sea muuuuucho mejor, y por supuesto que no tengáis tantos exámenes como yo... Fuuu.
Abrazos de oso para todos, os quiero

5 comentarios:

  1. A mí que uno de los capítulos más asdfghjklñuqwhdnqwihdxn que he leído, y que lo infravalores de esta forma... A mí que me emociones con todo lo que escribes... A mí, que me hagas fangirlear como una tonta con Max, porque yo también sería perfectamente capaz de perder un coche... A mí, que me encante tanto la música que has puesto...
    A mí, que me dejes tan alucinada y que tenga que poner así cada frase, no te creas que me afecta. Pista: sí que lo hace. Porque todo lo que tu escribes, me hace quedarme pasmada.
    Un abrazo de oso
    Greeny

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    1. Ay Greeny, es que yo tal vez lo infravalore un poquito pero tú también me sobrevaloras otro poco... ¿A qué sí?
      Uiba, a partir de ahora voy a utilizar el verbo fangirlear siempre que pueda, jajaja.
      Va, es que Max es tan niño... Espero que cuando se ponga un poco serio también te guste tanto jajaj
      Ay, me alegro de que te guste la música, porque yo ya estaba aburrida de la que antes tenía y ha sido un cambio un poco rápido.
      JAJAJA muero con tu pista, enserio muchísimas gracias, me ha encantado el final del comentario, que felisidad.
      Un brazo de oso pardo, pa' ti.
      Muchísimas gracias Greeny.

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  2. No entiendo el porque de que cuando hable contigo no te relate y detalle minuciosamente todo lo que me gusta del capitulo. Aunque claro pensándolo bien, hablemos hace dos semanas cuando subiste el capitulo... y yo te comento ahora, por lo que te pido perdón.
    Soy una tonta, una tonta que no sabe que hay textos y capítulos que tendría que estar prohibidos comentar en un mínimo de 1 hora después de hacer subido, una tonta que a disfrutado como nadie de este cada letra de este capítulo.
    No se si eres consciente de que escribes FENOMENALMENTE BIEN o que tienes que subir otro capaitulo ya si no quieres que me muera de las ganas que tengo de saber mas...
    ...Mas de Mario.
    ...Mas de Max.
    ...Mas de lo que le a sucedido al coche.
    ...Mas de su historia.
    ...Mas de lo que le pasa a Hugo.
    ...Mas de la vida de estos personajes tan característicos y fantásticos.
    ...Mas de ti.
    La verdad es que tengo unas ganas de hablar contigo impresionantes, pero supongo que estarás de exámenes tras exámenes, yo ya los he acabado, en una semana que se solo podría definiría con HORRIBLE y yo es por tirarme todas las tardes estudiando y encerrada... sino por el resultado de ellos después de tanto esfuerzo, por la mala suerte que tengo y aun no entiendo como consigo meterme en tantos líos.
    Aunque ahora que los he acabado estoy un poco mejor.
    Besos enormes preciosa!
    Sube muy muy pronto ;)

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    1. Bah, no te preocupes Marta es lo de menos, a mí últimamente también me cuesta mucho comentar diariamente en los capítulos, me despisto un poco.
      Mientras hayas disfrutado yo ya soy feliz, no necesito que me comentes, de verdad, con esa frase me ha bastado para hacerme feliz.
      Que rabia, sé que debo subir, y lo voy a intentar... Pero tengo la inspiración un poco aletargada últimamente...
      Pero te aseguro que sabrás más...
      ...Más de Mario.
      ...Más de Max.
      ...Más de lo que le pasa al coche.
      ...Más de su historia.
      ...Más de lo que le pasa a Hugo.
      ...Más de la vida de los personajes.
      ...Y más de mí.
      Muchísimas gracias por tu interés.
      Ya hablamos ayer, pero a ver si podemos también hablar prontito.
      Un beso enorme, y muchas, muchas gracias.

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  3. Lo sientooooooooooooooooooooooooo!!! Sé que he tardado muchísimo en comentar, pero de verdad que no me ha dado tiempo, porque voy deprisa y corriendo a todos lados, y tampoco quería leerlo así rápidamente porque para disfrutar tus capítulos necesito sentarme tranquilamente y relajarme.
    Pero bueno, me dejo de excusas que no sirven de nada, lo siento en serio.
    A cambio tengo que decirte que este capítulo es tan bueno como los demás, que me encanta muchísimo y que espero que publiques pronto aunque ya he leído en la otra entrada que no tienes intención de hacerlo... pero bueno, yo sigo con la esperanza, que es lo último que se pierde jajaja.
    Un besazo enorme y siento haber tardado tanto :S

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