6 de enero de 2012

25 de Diciembre.


Vivir mi vida es como estar subido a una noria continuamente, tan rapido como siento que puedo tocar el cielo puedo acabar tirada en el suelo, hundida, esperando y necesitando esa mano que me ayude a levantar.
Muchas veces mis caídas se deben a que exagero las cosas dejándome llevar, tal vez de la realidad haga una versión fantasiosa de los hechos lo suficientemente real para que pueda suceder, pero sigue siendo fantasía espero algo que puede ocurrir pero nunca pasa, ya que uno no crea su futuro, y por eso cada vez que veo que he estado viviendo de un sueño me siento mal, defraudada.
Debemos vivir con los pies en el suelo, pisando fuerte pero una vez que te subes a esa atracción llamada "Mi Vida", que te sube al cielo enseñándote todo lo bueno que hay a tu alrededor ignorando lo malo, y sintiéndote fuerte capaz de todo como si estuvieras volando pero sin abrir las alas y sin tomar el cielo, te sientes increíblemente bien, y te dejas llevar  por la emoción de ese momento por la alegría, la euforia, las ganas de seguir viviendo con la misma intensidad, por ese futuro impredecible que ansias por conocer, en definitiva, te dejas llevar por todo esos sentimientos que después de una caída te devuelven toda la vida que en un pasado has perdido cuando has olvidado sonreír y ser feliz, sin tener en cuenta que en muchas batallas la razón gana al corazón y que cuando despegas y sientes que vuelas tienes que tener presente que siempre habrá que aterrizar, y mis aterrizajes siempre suelen ser forzosos, muchos de ellos me estrello contra el suelo, y eso es lo que me hace sentir mal. 
No soy la única persona que cada día se sube a su noria, dirigiendo su vida de forma expresiva, sentimental, y emotiva.
Tal vez muchas veces sufra por cada caída y me sienta mal, hundida, y me sienta perdedora, pero una vez que he conocido lo que es sentirte en lo mas alto se que merece la pena.
No soy bipolar, lo único que hago es exprimir cada minuto de mi vida sintiendo lo que en ese momento me ha regalado el destino. 

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